Nuestros hijos siempre serán lo más importante para nosotros y como madres y padres, cualquier malestar que ellos puedan sentir nos generará preocupación. Sobre todo, si se trata de niños pequeños que muchas veces no saben expresar muy bien lo que sienten. Afortunadamente, existen muchas afecciones que pueden tratarse fácilmente y no representan un gran riesgo.
Ese es el caso de los orzuelos, pequeñas protuberancias rojizas y con puntos blancos que salen en los bordes o interior del párpado. Se trata de una inflamación de las glándulas sebáceas que se encargan de mantener lubricado el óvulo ocular para protegerlo de los agentes externos.
No obstante, aunque no se trate de una enfermedad que presenta mayor gravedad, suele ser bastante molesto para quien lo padece. Por eso te lo contamos para que sepas diferenciar cuándo se trata de un orzuelo y cómo debes tratarlo para deshacerte de él rápidamente.
El orzuelo y sus síntomas
Como bien se mencionó anteriormente, el orzuelo se trata de una pequeña inflamación de las glándulas sebáceas. Esto hace que los líquidos normales del ojo dejen de fluir correctamente y se acumulen en una zona específica. También aparece cuando el ojo entra en contacto con la bacteria estafilococo.
Dicha afección suele durar pocos días. No obstante, existen algunos casos en los que la inflamación se extiende y se convierte en un chalazión. Es decir, un pequeño quiste o bulto lleno de grasa.
Aunque puede confundirse con otros bultos en los párpados, un orzuelo no genera enfermedades de la vista, así como tampoco provoca problemas de visión.
Tratamiento para el orzuelo
Normalmente se cura solo, sin que se aplique ningún tratamiento especial. Pero, si su existencia se prolonga o genera mucha molestias es válido recurrir a los siguientes métodos:
- Aplicar cremas antiinflamatorias.
- Consumir algún tipo de antibiótico si lo receta el pediatra.
- Acudir al oftalmólogo especialista para que indique la solución más rápida para acabar con el orzuelo.
En ocasiones la aparición de orzuelos de forma continuada puede ser indicio de la mala visión del niño y requiere el uso de gafas debido al aumento de la miopía o astigmatismo.
Cuidados y prevención
Se recomienda mantener una buena higiene, es decir, lavar la cara y manos con frecuencia para evitar la infección o contagio de bacterias. Adicionalmente, es necesario realizar visitas regulares al oftalmólogo para comentarle cualquier molestia.
Una vez que ya está presente el orzuelo en el niño, evita que comparta las toallas o pañuelos que se pasa por el rostro. Esto podría hacer que otra persona se contagie. Finalmente, no permitas que utilice lentes de contacto y llévalo a un oftalmólogo para que le recomiende el mejor colirio o pomada que lo ayude a mejorar.