El exceso de alcohol afecta a la visión

Se acercan las fiestas navideñas, eventos de empresa y familiares, que conllevan comidas copiosas y el aumento del consumo de alcohol, dejando de lado los hábitos saludables. Con moderación el consumo de alcohol no debe preocuparnos, incluso hay estudios que recomiendan el consumo de pequeñas cantidades de cerveza o vino tinto. Pero es importante tener en cuenta las consecuencias negativas en nuestra visión por el consumo excesivo de alcohol.

¿Sabemos cómo influye la ingesta de alcohol excesiva en la salud de nuestros ojos?

La ingesta de alcohol excesiva incide de manera directa sobre nuestros sentidos, siendo la visión uno de los más afectados. Un estudio realizado por el Laboratorio de la Visión y Aplicaciones de la Universidad de Granada, determina que la calidad de la visión de nuestros ojos disminuye tras el consumo de alcohol.

El alcohol ataca significativamente el sistema nervioso central produciendo: impulsividad o subestimación de los riesgos, pérdida de equilibro o falta de coordinación y relajación muscular que afecta el control de los movimientos oculares.

El alcohol tiene un efecto bifásico sobre el cuerpo, ya que sus efectos cambian con el tiempo. Inicialmente, produce sensaciones de relajación y alegría, pero el consumo posterior desemboca en visión doble (diplopía) y borrosa, sumada a la falta de cálculo (dismetría), todo ello dificulta realizar actividades sencillas como subir o bajar escaleras e incluso cruzar una calle e imposibilita actividades que requieren precisión como es la conducción.

Un individuo está bajo los efectos del alcohol si ha consumido un vaso de vino o cerveza, es decir, entre 0,2 y 0,4 gramos de alcohol por litro de sangre. Bajo este estado, se tiene dificultad en la percepción de colores incluso el color rojo (como por ejemplo las señalizaciones, los semáforos y las luces de freno). Asimismo, hay más dificultad a la hora de acostumbrarse a los cambios de iluminación (como en las salidas de los túneles, cruces, autopistas, etc) debido al efecto de las pupilas, que es más lento.

Por otra parte, existen problemas para determinar con precisión la profundidad y las distancias, (siendo un peligro para las curvas, adelantamientos y mantener la distancia de seguridad entre los vehículos, etc). Además, hay una reducción del campo visual, lo que influye en la pérdida de los estímulos de los costados, como los cruces y , finalmente, un aumento del tiempo de reacción, al frenar ante un peligro, si se ha bebido, se recorre un 10% más de distancia, esos metros pueden ser mortales.

Por estos motivos, queda demostrado que la visión es el sentido que más se asocia a la conducción, por lo que es aconsejable permanecer en constante estado de alerta y no consumir alcohol si es que se está al volante.

Son dos los efectos negativos del alcohol en la visión:

- El consumo de alcohol aumenta la percepción de halos (círculos luminosos) así como otras alteraciones visuales, en especial por la noche o espacios con una baja iluminación.

- Se deteriora la película lagrimal si se consume alcohol en exceso.

Así pues la precaución es clave y más cuando se haya consumido alcohol. Por eso, siendo consciente de ello, lo mejor es no conducir hasta que se hayan pasado sus efectos. Seguridad ante todo.

¿Cómo se origina la visión doble o borrosa?

El principal factor causante de estos problemas es el etanol.  Una vez que éste llega a la lágrima, que se encarga de proteger la superficie externa del ojo, la disuelve y evapora, afectando así gravemente a la percepción visual y a la calidad de la imagen, incrementándose de noche y en especial en aquellas personas que alcanzaron una tasa de alcohol en aire espirado, superior a 0,25mg/l.

Cuando se mezcla tabaco y alcohol se produce una interacción muy peligrosa, pues ambos factores provocan  una inflamación del nervio óptico que lleva a la perdida progresiva de la visión.

Por lo tanto que aprovechéis las fiestas pero sin poner en riesgo vuestra visión. Disfrutad con mesura, ¡Felices fiestas!