La mayoría de los pacientes que presentan esta patología no tienen ningún síntoma y es en una exploración oftalmológica dirigida a ello cuando se detecta y se puede iniciar su tratamiento. El dolor solo suele aparecer en los glaucomas agudos con subidas de tensión ocular muy altas.
Para diagnosticar un glaucoma es importante realizar una toma sistemática de la tensión ocular a todos los pacientes, especialmente a los mayores de 45 años, y explorar el campo visual, el grosor corneal ( paquimería), el ángulo iridocorneal ( gonioscopía), la papila y las fibras ganglionares mediante OCT.
El glaucoma si no se detecta y no se trata puede llevar a la ceguera, pero actualmente los tratamiento farmacológicos y la cirugía evitan este desenlace. Es fundamental el diagnóstico precoz.